Ayer nos enteramos por una escueta
nota de prensa, de la desaparición de dos de las cabeceras con más solera del mundo
editorial español: Interviú y Tiempo.
Nacidas ambas en el albor de la
Democracia en España (Interviú en 1976 y Tiempo, inicialmente dentro de la
primera como separata política, y luego en 1982 como revista independiente),
fueron junto con el diario El País, los máximos exponentes del cambio de
mentalidad y costumbres que disfrutamos, a mediados de los 70, los españoles.
Interviú, sin duda las más popular de
ambas dentro de los quioscos. Sus portadas y reportajes fotográficos, en los
que nos mostraba los encantos hasta entonces prohibidos, de las españolas más famosas.
Por sus páginas han desfilado las, y últimamente los, más famosos del papel
couché. Aún recuerdo el escándalo que supuso en 1976, el desnudo de Pepa
Flores, la Marisol del tardo franquismo, que quiso con esas fotografías
demostrarnos que ella y los tiempos habían cambiado. Sin embargo, con el
reclamo de las turgencias nacionales, la revista fue principalmente la pionera
en el trabajo de investigación periodística, siendo testigo de casos que han
pasado a los anales de la Historia, como el aceite de Colza, el caso Filesa, la
desaparición del Nani o la fuga de Paesa.
Por su parte Tiempo fue en su
momento, la principal referencia periodística del aperturismo político,
compitiendo con títulos ya desaparecidos, como Cambio 16, Época y Tiempo.
Los últimos años habían sido muy duros
para ambas redacciones, con EREs, despidos y recortes de salarios que llevaron
a quedarse en unas 30 personas lo que en su día fueron casi 1000 trabajadores.
La desaparición de títulos de los
quioscos ha sido una constante en la historia del periodismo mundial, sin
embargo al igual que desaparecían, otros surgían bajo una ley darwiniana de
adaptación y evolución. Esa misma evolución que ahora arroja a esas mismas cabeceras fuera de las
rotativas y los quioscos, para alojarlas en el mundo digital. Tal y como ha
comentado la empresa, esta concentrará este año “todos sus esfuerzos y
recursos” en la transformación
digital “a la que se encamina de forma acelerada el sector de la
comunicación”.
Por cierto que la web de Interviú seguirá
abierta, “como uno de los fondos documentales periodísticos más importantes de
este país de los últimos 40 años”. Historia, ya muerta, de este país que como
dijo Alfonso Guerra, ya no conoce ni la madre que lo parió.
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