A propósito de Pablo


Ahora que ha pasado el subidón de haber logrado la décima Copa de Europa, ahora que se han calmado los hagiógrafos y los calumniadores de Laso se rearman para futuras batallas, ahora creo que es el momento de analizar con calma y sin pasión futbolera el papel de Laso (y de paso el de Juan Carlos Sanchez y Alberto Herreros, que son los que apostaron por el), en esta nueva edad dorada de la sección de baloncesto del Real Madrid.

Cuando en 2011 tras la espantada del Sr.Messina (lapidaria tiene que ser la cláusula de silencio en su contrato para que nunca haya contado porqué salió como salió), presentaron a Pablo Laso como nuevo entrenador del primer equipo del Real Madrid de baloncesto de forma casi clandestina, muchos eran los que anunciaban una nueva hecatombe en la entonces maldita sección de baloncesto, y que conste que yo fui uno de los que creí que el objetivo de la cúpula directiva el club era directamente cargarse la sección. El gasto excesivo de la sección, siempre deficitaria, el poco interés de Florentino Perez por este deporte, así como el largo y penoso transitar del club sin éxitos y sin títulos, daban pábulo a que todo tipo de rumores al respecto de la desaparición casi inminente de la sección. La contratación de Laso, un entrenador sin apenas experiencia, de perfil bajo, en las antípodas del prestigio del preparador italiano (y de sus antecesores mas o menos directos Obradovic, Scariolo, Maljkovic, Lamas, Imbroda, etc.) acrecentaban esos rumores.

Laso, profundo conocedor del juego y de la Casa (no solo fue jugador del Real Madrid sino que es hijo de otro ilustre jugador del club; Pepe Laso) se puso a trabajar desde el primer día consciente de la espada de Damocles que pendía sobre él.

Lo primero que hizo fue intentar que su equipo jugase de la misma forma que él jugaba cuando era jugador en activo. Un juego rápido, ofensivo, coral (creo que sigue teniendo el record de asistencias en la Liga ACB), lo hizo atractivo al público, que volvió a llenar el Pabellón, cansado de entrenadores obsesionados por el control y la defensa marcial que ralentizaban el juego.




El título de Copa de 2012, 19 años después del último título logrado por la entidad, le dio un cierto colchón de credibilidad, pero un año después, la abultada derrota en la Final four de 2012 ante Olimpiakos, causó el rumor de un inminente cese solo mitigado por el título de ACB. Ante la defensa que tanto Sanchez como Herreros hicieron de su trabajo, sus acosadores se “conformaron” con el cese (más propio de otras épocas) de sus ayudantes; Hugo López y Jota Cuspinera. Grandes conocedores del juego y amigos de Laso desde que le habían acompañado en Guipúzcoa. Confiaron en que Laso acabaría arrojando la toalla. Pablo, fiel a sí mismo, fue inasequible al desaliento y siguió al frente de la nave madridista. Con nuevos ayudantes (Tabak, otro ex jugador como segundo), en la temporada  2014-2015, el equipo ganó TODOS LOS TÍTULOS, tanto el 1er equipo, como el Junior, algo nunca visto hasta entonces en el Universo FIBA. Sin embargo,  la realidad matemática no hizo que sus detractores cediesen ni un ápice; que si tenía presupuesto para fichajes (falso, véase el del FC Barcelona), que si era cosa de los jugadores, etc. De nuevo cambio de ayudantes, sin que los “haters” se dieran cuenta de que en realidad le estaban haciendo un favor. Ya con Chus Herrera (el primero de los segundos, Scariolo dixit), Francisco Redondo, Isidoro Calín y Juan Trapero, Pablo ha seguido mostrando un altísimo nivel tanto de juego como de resultados (ha ganado en 7 años más que en los 25 anteriores).
Pero eso son números (excelentes eso sí), que se pueden comprobar en cualquier página web del ramo,  y lo que yo quiero enfatizar es el cambio de mentalidad y de actitud que ha provocado Laso en el equipo.  Con criterios muy firmes se deshizo primero de Tomic y luego de Boroussis, dos enormes (y no solo en estatura) jugadores, que no encajaban en su idea de equipo, y que enrarecían el vestuario, a pesar de que con el 2º logró la ansiada Novena Copa de Europa. Luego se rodeó de un núcleo “duro” de jugadores nacionales (Llull, Chacho, Rudy y Reyes) con amplia experiencia y convencidos de su juego, a los que acompañó con foráneos de “complemento” pero que daban coherencia a su idea sin crear tensiones de divos (casos como los que aún siguen: Carroll, Ayón, Taylor, Thompkins o Campazzo, y algunos que ya no están y en su día fueron muy importantes como Mirotic, Slaughter, Darden, KC Rivers, Maciulis y sobre todo el “Chapu” Nocioni), que proporcionaron un equilibrio y una conjunción, que no se ha visto en otros conjuntos con mas presupuesto y figuras. Y finalmente la irrupción del mayor talento que he visto (a su edad) en el baloncesto FIBA: Luca Doncic.
Este año además ha demostrado ser capaz de lidiar con problemas fuera de las canchas, a las lesiones de larga duración de Llull y de Kuzmic se han unido lesiones más o menos graves de Ayón, Randolph, Campazzo, Rudy, y los problemas familiares de Thompkins, que les hizo estar un tiempo importante con solo 8 jugadores “sanos” para afrontar todas las competiciones (sin ir más lejos la final de la Copa del Rey). Con él, el juego se ha hecho vibrante y alegre, sin dejar de lado la defensa (véase la final de Euroliga), sin dependencias de un solo jugador que antes le reprochaban (la Llull-dependencia que se decía), con todos los jugadores enchufados y comprometidos y logrando además, unos resultados con la cantera hasta hace unos años impensables (sin ir más lejos Mirotic y Hernangómez están en la NBA y asentándose y lo de Doncic va para histórico top 3). Quizás su único fracaso fue el de no retener al Chacho (un base por cierto de amplias coincidencias “lasianas” en su juego), que buscó de nuevo el Dorado americano sin lograrlo.
Ahora se enfrenta al reto de ir supliendo a su “nucleo duro”, que por edad va a ir dejando el equipo y reemplazarlo con nuevos elementos  (Sebas Saiz, Radoncic, Yusta, y los jovencísimos Nakic (el hijo del inolvidable Ivo Nakic) y el talentoso Usman Garuba) y de la fuga inminente a la NBA, del mayor talento que ha dado la cantera blanca.
En definitiva creo que en Laso, el Real Madrid ha encontrado un entrenador de referencia, como no tenía desde la salida de Sainz de la “Casa Blanca” y que ha creado una escuela que le asegura un hueco en la historia el club más laureado de Europa.
¡Y yo que recelaba de él cuándo fue fichado en 2011!



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