El regreso del hombre tranquilo

Hace aproximadamente 9 meses en este mismo blog, escribí sobre la dimisión de Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid. Titulé aquella reflexión como “Se va el hombre tranquilo”, dándole las gracias y analizando su gestión como primer entrenador de emergencia, desde que Florentino le tiró a los leones para salvar su culo, tras el cese fulminante de Rafael Benítez, un entrenador en las antípodas tanto de método como de talante del francés. Realmente pensé en que si volvía, sería en otro cargo y mucho tiempo después

Pues bien, no ha pasado ni una temporada entera y, tras un periodo en el que Florentino deshuesó la selección y su relación con la RFEF; tras una destitución exprés y con malos modos del entrenador que había sacado con fórceps de “La Roja”, argumentando que no había podido sacar rendimiento a una plantilla con 8 candidatos a Balón de Oro (más que ningún otro club en la historia del trofeo), y tras el esperpéntico intento de remedar con Solari lo que había hecho con Zidane (una muestra más de su ineptitud y desconocimiento del mundo del fútbol-deporte, frente a su exitosa gestión del fútbol-empresa), va Florentino y convence (¿?) a Zidane para que vuelva a ocupar un sillón que había abandonado tras ganar 3 Champions seguidas y logrado un histórico doblete que no se repetía en la institución desde el año 1959. 



Evidentemente ha tenido que entregarle las llaves de la despensa del club y jurarle ante lo más sagrado que no se repetirían casos como el del fichaje de Arrizabalaga, la baja de James Rodriguez o la negativa a dar la baja a algún que otro jugador que el presidente había fichado en su papel (papelón más bien) de “Director Deportivo”, papel para el que como ya he dicho en alguna que otra ocasión, ni tiene conocimiento ni aptitudes para desempeñar.

La jugada no es solo esperpéntica, también es consecuente, porque es el único movimiento seguro que podía hacer para evitar una nueva catástrofe.

Los otros candidatos que tenía in mente, con el suficiente carisma o tienen contrato (Klopp, Pochettino) o dejan muchas dudas y dividirían al madridismo (Mourinho o Allegri). La verdad es que me ha sorprendido y mucho, esta huida hacia adelante del presidente blanco, lo suficientemente hábil y ladino como para saber que, si se volvía a equivocar, la siguiente cabeza a pedir desde la grada sería la suya. Algo que desde luego no va a consentir, después de que haya blindado por arriba y por abajo su sillón presidencial, para que no le saquen de ahí como no sea con los pies por delante (otro guiño más a su obsesión por ser el Bernabéu del siglo XXI). De ahí que se haya plegado a los consejos de sus palmeros/asesores, y de que haya hecho caso a las encuestas (que maneja como nadie), para desdeñar la opción mouriñista, que era la que personalmente, más le apetecía. Otro ejemplo más de la ineptitud como Director técnico del “ser superior” (Butragueño dixit), ya que no creo que haya dos entrenadores más alejados tanto de estilo como de idea, que el galo y el luso.

Tras casi 45 años como socio del club, he visto pasar presidentes, técnicos, jugadores, y no dejo de asombrarme ante los continuos bandazos del presidente a la hora de dirigir el primer equipo y la estructura deportiva del club.

¿Y ahora qué? Evidentemente Florentino (que apuesta sobre seguro) ha tenido que plegarse ante el francés (que por otra parte, ahora habría podido elegir otros destinos más tranquilos y con menos riesgo) y darle a él, no solo el banquillo, sino también las riendas de la política deportiva del club, al menos a corto plazo. Fichajes, bajas y política de cantera, pasan ahora a tener que contar con el plácet de Zizú, porque otra espantada supondría el fin del florentinato.

Eso sí, si Zidane se estrella ahora; ¿A qué o a quien se agarrará Florentino? 



PS: Por cierto lo que a muchos medios se les ha olvidado es el hecho, contrastado y conocido, de que Florentino quiso despedir a Zidane dos veces. La primera justo cuando llegó Benitez y Zizú era técnico del Castilla, al que no logró meter en play off de ascenso en ningún momento en que estuvo al frente del primer filial. La segunda, poco antes del enfrentamiento con el PSG en Champions, ya descolgado en Liga y recién eliminado por el Leganés en Copa.



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