DOLOR Y GLORIA. Una ventana que mira al interior.

 A lo largo de la historia del arte ha habido muchos creadores que han utilizado ese mismo arte como catarsis personal, como una manera de enfrentarse a su propio ser, a quienes son y sobre todo, de donde vienen. Y el cine no ha sido una excepción. 

Desde la grandeza en las pequeñas cosas de Bergman en “Fresas Salvajes” o la emotiva ligereza de Allen en “Días de Radio”, muchos cineastas han buscado en su infancia y la han plasmado, más o menos fielmente, en la pantalla. En la filmografía de Pedro Almodóvar, su vuelta a los orígenes y su mirada hacia atrás es recurrente en su filmografía, llamémosla trascendente. Cintas como “Volver”, “Todo sobre mi madre” o “La mala educación”, contienen muchas referencias y guiños al pasado del autor, pero es en esta “Dolor y Gloria” donde el cineasta manchego más se complace y se autorretrata. En esta película, Almodóvar se hace un constante guiño a sí mismo para retratar, no una época (los ochenta perdidos y solamente perfilados en la cinta, o los años de una infancia en la gris España del tardo-franquismo), ni un lugar especialmente emotivo (en este caso el Madrid de Lavapiés, o la Mancha que aquí no se dibuja), sino para retratarse a sí mismo, a su propio ser y a su decadencia física. 

Es una película de diván de psicoanalista, un monólogo que quiere convertirse en diálogo con el espectador, en la que desnuda cada uno de sus miedos, de sus dolores tanto físicos como espirituales. Es su propio ser el que se retrata desde la primera escena, destilando todo ese dolor y su degradación física. Sin embargo la cinta, al menos desde los ojos del espectador, se queda por el camino, no llega a emocionar ni a provocar al que la observa todas esas emociones que seguramente querría extraer desde la pantalla. Y eso que Pedro vuelve a rodearse de lo mejor de su guardia para componer una cinta destinada inicialmente a emocionar. Desde los geniales diseños de Juan Gatti, para explicarnos toda esa serie de torturadoras dolencias que componen el dolor físico del protagonista, hasta la fotografía de Jose Luis Alcaine, que transita por la cinta con ligereza y hermosura, para no distraernos de lo que realmente le importa de la misma: los personajes. Y estos giran en torno a su alter ego: Salvador Mallo (me gustaría saber si el nombre tiene algo que ver con la genial Maruja Mallo), personaje interpretado excepcionalmente por Antonio Banderas, que logra componer un papel de muy difícil ejecución; ser Almodóvar sin parecerlo. A su lado Penélope Cruz en el papel de su joven y abnegada madre, un personaje omnipresente en las cintas del creador manchego, que lucha porque su hijo no viva las penurias que a ella le han tocado pasar en la vida y cuyo rol, con el paso del tiempo, retoma una monumental Julieta Serrano. Especial mención tengo que hacer de Asier Etxeandia, uno que debuta con el autor manchego, y que compone una actuación sensacional como el actor/amigo/camello, separado del creador por un choque de egos tras el estreno de una película hace más de 30 años, y que interpreta una de las mejores escenas de toda la película: El monólogo intimo, desgarrador, del personaje de Salvador Mallo, en el que desnuda su pasado y su pasión. A su lado aparecen en pequeños pero trascendentales papeles los Leonardo Sbaraglia, Cecilia Roth, Susi Sanchez, Nora Navas, Raul Arévalo y el debutante Asier Flores, como Mallo niño, que componen todo el caleidoscopio vital que nos muestra la cinta. 


Buen guion del propio Almodóvar, y una muy buena banda sonora, iniciada por el cameo de Rosalía interpretando “A tu vera”, o esa “Come sinfonía” interpretada por Mina y que se destila por todo el metraje. 

Y a pesar de todo este buen hacer cinematográfico, la cinta no logró trasmitirme todo el calvario que el personaje central sufre y que pretende enseñarnos, aún a costa de que intenta mostrarnos, como si fuese a través de una ventana, su alma. 
Título original: Dolor y gloria
Año: 2019
Duración: 108 min.
País España
Dirección: Pedro Almodóvar
Guion: Pedro Almodóvar
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: José Luis Alcaine
Reparto: Antonio Banderas, Asier Etxeandia, Penélope Cruz, Leonardo Sbaraglia,Julieta Serrano, Nora Navas, Asier Flores, César Vicente, Raúl Arévalo,Neus Alborch, Cecilia Roth, Pedro Casablanc, Susi Sánchez, Eva Martín,Julián López, Rosalía, Francisca Horcajo.

El Deseo. Distribuida por Sony Pictures Entertainment (SPE)



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