Ayer
nos vimos todos sorprendidos al aparecer en portada de todos los noticiarios
televisivos (me niego a llamarles telediarios), la noticia de que la cantante Marta Sánchez había puesto
letra a la Marcha Real o Marcha de Granaderos, que es el título real del Himno
de España Monárquico, y la había cantado en el concierto que dio en el teatro
de la Zarzuela. Inmediatamente se desataron todas las cadenas de radio y
televisión, así como agencias de noticias y RRSS para hablar sobre un tema que
no por antiguo, no ha dejado de causar polémica, sobre todo cuando en eventos
deportivos y sociales, los españolitos de a pie hemos visto como los franceses
entonaban a voz en grito los versos escritos por Rouget de Lisle, para
su marcha de los Marselleses, los alemanes invocaban las estrofas del Deutschlandlied,
bajo la música del inmortal Hayden, o los americanos acompañaban a el o la
cantante (que no cantante o cantanta) de moda, antes de la final de la Super
Bowl, mientras nosotros nos teníamos que
conformar con escuchar nuestro himno en silencio o acompañarlo con el
insufrible “lo, lo, lo”.
Eso
sí, la aspiración de que el Himno de España tuviese letra, ha sido un trauma
nacional que no viene de ahora. Ya Míguel Primo de Rivera le pidió a Don José
María Pemán, insigne escritor y poeta de la época, que escribiera una letra
que, con algunos “retoques” interesados, hizo suya la Dictadura Franquista para
que los niños españoles pudiesen cantarla antes de entrar en clase, durante los
innombrables 40 años. Ha sido precisamente ese estigma, el que la primera letra
conocida de la Marcha de Granaderos fuese usada por las últimas dos dictaduras
militares, la que ha creado la polémica con el trajinado texto. Los últimos intentos
de ponérsela (uno auspiciado por José María Aznar y el ultimo por el Comité Olímpico
Español), han sido dos fracasos tanto de crítica como de público (la mayoría de
los españoles ni las conoce).
Contado
todo este royo y visionada y escuchada la interpretación de la Srta. Sánchez,
tengo que decir que creo que lo que ha hecho Marta ha sido versionar el himno, y
no ponerle letra, ya que el acompañamiento de piano y el tono y ritmo
ralentizados del mismo, alejan esta versión del Himno Español y que, en base a
mis escasos conocimientos musicales, creo que adaptar esa letra al ritmo y tono
reales (¡caramba con el juego de palabras!) del himno podría causar más de un
quebradero de cabeza al músico que intentase la tarea.
Recordando
viejos intentos y escuchando la almibarada letra, no creo que este sea el
intento definitivo de ponerle letra al himno, ya que la Marcha Real no una tiene
letra históricamente y generalmente conocida. Y que, pese a quien le pese,
deberemos seguir con el “lo, lo, lo” cada vez que una selección o un deportista
represente a nuestro país. Al menos hasta que no se cambie el himno, porque el
Himno de España sí que tuvo letra un día.
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