En el madrileño barrio de las Delicias
del Río, se encuentra enclavada la estación ferroviaria del mismo nombre. Esta
estación, inaugurada en 1880 en plena efervescencia del ferrocarril, fue la
primera estación monumental levantada en Madrid como estación terminal de la
red de ferrocarriles que se dirigían hacia el Oeste y que conectaba finalmente
Madrid con Lisboa. Hasta la unificación del sistema ferroviario español (RENFE)
en 1941, esta estación era operada por dos compañías privadas. La línea entre
Madrid y Ciudad Real, que discurría por Alcázar de San Juan y Manzanares,
estaba operada por la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y
Alicante (MZA), mientras que el resto del trazado era propiedad de la Compañía
de los Caminos de Hierro de Ciudad Real a Badajoz (CRB), que fue quién
finalmente se quedó con la explotación de la estación.
Finalmente, y a consecuencia de que su
uso decreció exponencialmente a mediados del siglo pasado, la estación se cerraría
al tráfico de viajeros en 1969, y al de mercancías en 1971. En 1980, tras once
años en que la especulación del suelo amenazó su existencia, RENFE solicitó que
fuese declarada Monumento Histórico Nacional y cobijara sus fondos ferroviarios.
Se firmó un acuerdo entre la compañía y el Ministerio de Cultura para que el
edificio albergara el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Museo del
Ferrocarril.
La nueva ubicación del Museo del
Ferrocarril fue inaugurada el 19 de diciembre de 1984, y continúa tal cual en
la actualidad, aunque algunos de los inmuebles que conformaron su patrimonio
industrial han desaparecido o se han transformado al cambiar de uso.
Es un edificio singular, construido a
base de hierro y cristal que ha servido desde que abandonó su función de
transporte, para cobijar escenas de muchas películas tanto nacionales como
extranjeras, como Doctor Zhivago, Amantes, las Cosas del querer, o series
televisivas como Cuéntame o Las chicas del cable.
La nave central de la estación alberga
una muestra muy variada de locomotoras y coches de viajeros, a través de la
cual se puede ver la evolución de la tracción (vapor, eléctrica y diésel) en el
más de siglo y medio de existencia del ferrocarril en España, y las distintas
condiciones en las que viajaron los pasajeros de estos trenes. Especialmente
emotiva para mí fue el poder entrar en un Talgo, de los que hacíamos los viajes
más cómodos en los años 70 y 80.
A ambos lados de esta nave se encuentran
varias salas temáticas, entre las que destacan la dedicada a antiguos relojes
de estaciones, otra dedicada a modelismo, con maquetas animadas, y una tercera
en la que se explican los principales elementos de la infraestructura
ferroviaria, es decir, de la vía, así como una reconstrucción de las taquillas
donde se vendían los billetes a los pasajeros.
Un lugar interesante y muy apetecible
de conocer en Madrid, especialmente si se va con niños que pueden disfrutar de
las maquetas y de un pequeño tren en miniatura para dar una vuelta el él.
Galería completa de fotos en : https://photos.google.com/
Galería completa de fotos en : https://photos.google.com/
Para saber más, visitar la página web
del museo www.museodelferrocarril.org
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