Ya ha vuelto
septiembre y con él, el fin del, al menos para mí, largo y cálido
verano. Esa época estival, proclive a la molicie y al desparrame
disciplinario, que a todos nos afecta, aunque no estemos sometidos a
ninguna dictadura del despertado y la máquina de fichar.
Este verano se ha
caracterizado por una situación anómala (hablo de política), en la
que un Gobierno en funciones, sigue funcionando como tal, olvidando
la amenaza “damóclita” de nuevas elecciones, mientras su socio
preferente, se sigue haciendo el estrecho y mostrando a todo el que
le pregunta, cual doncella cortejada, que no se fía de las
intenciones de su pretendiente. Y es que ya se sabe, “prometer
hasta meter, y una vez metido, olvidar lo prometido”, apunta el
sabio refranero español. A todas estas, el Sr. Iglesias, otrora
profesor de Ciencias Políticas, no sabe u olvida que en este país,
tienen muy difícil entrar en un ejecutivo y sentarse en un Consejo
de Ministros, y que los poderes económicos de este país impedirán,
salvo tsunami electoral, que Iglesias y sus muchachos y muchachas,
posen con cartera ministerial. Lo tenía relativamente sencillo en
Junio, apostando por una vigilancia al ejecutivo al modo que hacía
en su día el tristemente desaparecido Partido Comunista Italiano, y
que tan buenos y hábilmente ocultados resultados, está dando a
nuestros vecinos lusitanos. No puedo entrar en el gobierno, vale,
pero decido, hasta donde puedo, como y cuando se gobierna, aunque
para ello tenga que vender mi alma al diablo (léase Casado). Por
cierto, hablando de mi querido país transalpino, bonita lección
política han dado, evitando, a toda costa una consulta electoral que
pudiera dar aire al felón impresentable y peligroso Salvini, aunque
para ello hayan tenido que hacer de tripas corazón tanto Conte (5
estrellas), como Zingaretti (PDI), enemigos irreconciliables hasta
ayer y hoy sentados a la misma mesa, ante la amenaza común. Bonito
ejemplo que deberían de apuntarse algunos al otro lado de los
Pirineos. ¿Y el otro lado que? Pues a lo suyo, uniones solapadas o a
grito pelado con VOX, para gobernar en algunas Comunidades Autónomas
y Ayuntamientos, mientras atacan a Sánchez por pactar con
independentistas. Si, los mismos que le echaron para atrás los
presupuestos y prácticamente obligaron a unas elecciones con difícil
resolución. Eso sí, se ha publicado que hay alguien en Génova que,
en el caso de nuevas elecciones, plantea una alianza “liberal”
(ojito con el anacronismo)entre PP, Cds y Vox que elimine las trabas
de la ley d´Hont y venza la amenaza de la izquierda. España Suma,
quieren llamarla a imagen y semejanza de la que existente en Navarra
con la Unión del Pueblo Navarro. No aprendieron la lección
histórica. Eso ya se le ocurrió a Jose María Gil Robles con su
CEDA en 1933 y lo único que provocó fue la creación de un frente
antagonista tres años después, para impulsar la polarización de la
sociedad española, ya entonces (¿como hoy?), suficientemente
polarizada.
No se vislumbra una
solución política, mas allá de volvernos a llevar a las urnas,
pero entre pitos y flautas, esta país lleva desde 2016 sin un
gobierno efectivo, justo desde la irrupción de los partidos que
acabaron con el bipartidismo y la alternancia, tan queridos (y por
algunos añorados) por algunos. Y así nos va.
El panorama
futbolístico tampoco se antoja nada halagüeño para los habitantes
de la casa blanca de Concha Espina. La presunta revolución
zideniana, se ha quedado en un discurso lampedusiano: Todo tiene que
cambiar para que todo siga igual. Tras casi 300 millones de gasto, y
con la única incorporación de peso de Hazard (un pedazo de jugador,
pero no un goleador al estilo Cristiano), aún inédito por una
lesión muscular, el resto de los jugadores incorporados no mejoran
lo que se tenía en el banquillo y lo que es peor se ha empeorado y
mucho la confección de la plantilla, con superávit de atacantes y
déficit (alarmante) de centrocampistas, que es donde se cuece el
juego. Y creo que todo ha sido por culpa exclusivamente de ZZ, fiado
a que Florentino le iba a traer a Pogba, ha desnudado el santo sin
tener muda limpia preparada, vuelve a no tener recambio para Casemiro
(lo de Llorente, si es verdad lo que se rumorea en Valdebebas es para
poner a Zizú en la calle y que no lo contrate nadie), ni tampoco
para Modric (Ceballos se ha ido a Londres, afortunadamente cedido),
que ya tiene una edad. Eso sí, la obra del estadio va a quedar muy
bonita. Florentino a lo suyo.
Al otro lado, ya no
del río, en el Wanda, las cosas se hacen de otra manera, no se si la
dirección deportiva (en el Madrid, simplemente inexistente en manos
de un “ser superior”), o el entrenador (un ya longevo Simeone),
ha diseñado una plantilla que huele a campeón. Ha perdido a su
buque insignia de nuevo (Griezman se ha pasado al enemigo culé), a
su medio centro de referencia (fuga de Rodri a Manchester), y a su
bloque defensivo, esta vez por la inexorable ley del tiempo, pero ha
configurado una plantilla compensada, con todos los puestos doblados
con mucha calidad, y a la que con un poco de suerte y confianza,
puede meter miedo, hasta en Europa en la que, una vez pasado el
periodo Cristiano-madridista, parece dominar la Premier.
En cuanto al
Barcelona, las tres primeras jornadas de Liga, nos han confirmado
que, sin el genio rosarino, es un buen equipo. Y punto.
En fin, una vez
acabado el largo y cálido verano, solo nos queda esperar que lo que
nos viene no sea el Invierno de nuestro descontento.
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