¿Y AHORA QUE?


Pues ya hemos ido a votar, ¡Por cuarta vez en cuatro años! y la situación está mas embarrada que nunca. La estrategia de Pedro Sánchez de volvernos a llevar a los urnas, para democratizar el país (Pedro dixit), solo ha servido para enturbiar mas el espectro político de este. Confundido, como todos los políticos actuales, en la creencia de que la democracia consiste depositar un papelito en una urna cada cierto tiempo (cada vez mas escaso), y que este se convierta en una patente de corso para el que mas papelitos con su nombre tenga, Sánchez apostó y creo que ha perdido. No solo no ha conseguido acabar con su principal y natural aliado(Podemos), al que necesita mas que nunca y cuya ayuda ya no es suficiente, sino que ha conseguido revitalizar a su principal rival (PP), y encumbrar a la formación política que hasta ahora, en España apenas tenía apoyo electoral. Hemos visto como mas de 3 millones y medio de electores han votado a una extrema derecha, antes camuflada y agazapada en las entrañas del PP y ahora agitada y reforzada ( “A por ellos”, gritaban en su movilización post electoral, en plena efervescencia, tras entonar el “Somos novios de la muerte”), curiosamente aupada por un sistema electoral y político en el que no creen y piensan dinamitar. La solución parida (léase en el sentido que se quiera) por Sánchez, ha creado un marco político absolutamente caótico, un monstruo de varias cabezas. Un parlamento formado por 16 formaciones políticas distintas, con intereses contrapuestos y sin el menor atisbo de sentido de Estado (salvo honrosas y escasísimas excepciones), ha encumbrado lo típicamente español del “que hay de lo mío”, frente al interés global y es absolutamente imposible hacerlo compatible con una legislatura estable.


Fuera del hemiciclo, los resultados nos muestran una sociedad absolutamente polarizada, donde los extremos ganan absolutamente en votos y escaños, a un centro de nuevo derrumbado. Un centro que no tiene ninguna tradición en este país, sea bajo el sistema que sea. Recordemos la debacle de UCD en 1982 y la desaparición durante décadas de ese punto político tras la defunción del partido re fundado por Adolfo Suárez como CDS. Creíamos que Rivera (hoy defenestrado como en su día el abulense), podía reflotar ese espacio imprescindible en una democracia sana y plural, pero no ha sabido hacerlo, cayendo en la trampa de intentar ganar el espacio electoral al PP.
Aficionado como soy del estudio de la Historia y más de la de este contubernio llamado España, eché la vista atrás y vi el fin del modelo canovista del bipartidismo (el periodo político mas estable de este país hasta la fecha) hace ahora casi un siglo. El anquilosamiento y la desaparición de políticos de Estado hicieron que se derrumbara estrepitosamente. Espero y rezo para que este no acabe de igual manera, pero la sociedad española de hoy está igual de partida en dos a nivel ideológico que entonces y además ahora en 17 a nivel político (solo hay que ver los resultados de los partidos nacionalistas, regionalistas, independentistas, periféricos o como quieran llamarlos, que ocupan 42 escaños en el Parlamento).
El panorama es desolador, y gran parte de la culpa la tiene Pedro Sánchez, que escuchó cantos de oráculo que le auguraban la debacle de UP y de su incómodo líder, siempre a su favor. Y se embarcó en una aventura que nos ha llevado a este paisaje. Aunque también hay que culpar a Iglesias y a Rivera por su miopía política, este último lo ha pagado con su carrera y el primero parece por sus ultimas declaraciones, que no escarmienta y sigue empeñado en un gobierno de coalición de escaso recorrido. El paso a un lado para facilitar la investidura, no parece que sea contemplado ahora por el líder podemita.
Un leve vistazo a los resultados electorales (en votos que no en escaños por esa broma heredada de la Transición, llamada Ley D'Hont), nos da claramente como está en estos momentos dividida ideológicamente España: Partidos de “izquierda” (PSOE, UP, Mas Pais), 9.850.168. Partidos de “derecha” (PP, Vox y Cds), 8.659.932. Partidos Nacionalistas, regionalistas, etc. (de todo tipo de ideología, desde independentistas catalanes a agrupaciones electorales como Teruel Existe, nuevo en esta plaza), 2.503.834. Los 1,2 Millones de votos de diferencia, que en los tiempos de bipartidismo mas ortodoxo, permitían formar gobiernos con el apoyo nacionalista, hoy son insuficientes para formar un gobierno medianamente estable y los políticos deben saber que por mucho que nos convoquen a las urnas la situación no se va a desliar, ya que el español, vota tradicionalmente con las tripas y no con la razón. Como prueba irrefutable, no hay mas que ver los debates en los que unos y otros se enredan en descalificaciones, cuando no de insultos, y olvidan el programa o la explicación razonable de como plantean la solución de problemas, mas allá de vaguedades o formulas casi alquímicas.

Con todo, las posibilidades de formar Gobierno son escasas. O repetir el bloque de la moción de censura que nos ha llevado donde estamos, o un gobierno de concentración nacional, cuyo coste electoral en Ferráz sería inmenso, y en Génova imprevisible. La huida de Sánchez hacia adelante, llevando al país a una nueva consulta electoral que ha dejado las cosas peor que estaban, augura un escenario en el que, aunque se consiga una pírrica investidura, la legislatura acabaría prematuramente con la presentación de nuevos presupuestos. El cambio en el modelo de Estado parece ineludible a corto plazo, pues el mismo se ha agotado tras 41 años de vigencia. Hay que reformar a fondo la Constitución de 1978, el país no es el mismo. Cambiar la Ley Electoral actual, que nos lleva sistemáticamente a este callejón sin salida. Pero no parece que los políticos actuales, tengan el talante y el talento de poder llevarlo a cabo.

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