Pues aunque
tardíamente, por Mayo nos llega a los madrileños la Fase 1 de esta
desescalada (término que ha obligado a la RAE a dar su brazo
a torcer y aceptarlo como bueno, cuando es un anglicismo que no tenía
equivalente en el castellano hasta la llegada del dichoso virus) y creo sinceramente, que nos ha llegado casi más por insistencia por
parte del ejecutivo regional y de la presión de la zona noble
madrileña, que por una variación real de las condiciones sanitarias
y sociales para que se diese dicho avance.
Sí, ya sé que algunos me
van a decir que hay menos positivos contabilizados, que hay menos
muertes declaradas, pero lo que es cierto es que a nivel del mortal
de los madrileños, no nos ha quedado nada claro que es lo que
provoca el paso al siguiente nivel y que es lo que lo desaconsejaba.
Y es que el Ejecutivo Nacional, sigue metiendo la “gamba”
(permítaseme el italianismo), al adornar todas sus decisiones en un
oscurantismo casi alquímico. Es una más de las incongruencias que
tenemos que soportar, un día sí y el otro también, en el cotidiano
quehacer del gabinete de crisis.
No voy ahora a
entrar en el tema de la derogación de la Reforma laboral de 2011, ya
que no es el lugar para hacerlo, aunque me lo pida el cuerpo, pero
sirva este esperpéntico ejemplo para demostrar (es el botón de la
muestra) que, desde Moncloa, no se están haciendo bien las cosas o
por lo menos no lo parece (que para el caso electoral es lo mismo) y
que que el miedo, el pánico, a verse sobrepasados por las
circunstancias y no lograr unos poco claros objetivos inmediatos en forma de aprobación del Estado de Alarma,
están llevando al gobierno de coalición, no solo a buscar extraños
compañeros de cama (política), para alcanzar sus objetivos en las
sucesivas votaciones, sino a convertir cada votación en una suerte
de orgía (también política) en el que ahora están con Cds, luego
con Bildu, después con el PNV, y siempre mirando de reojo a la
bancada del PP y de Vox, por si en un arrebato de furor uterino/parlamentario, deciden unirse al desparrame.
En este batiburrillo
nos vemos, cuando en media España se inicia la cuesta abajo del
desconfinamiento (ya están en Fase 2), y el personal no ve que tras
esto, nos va a venir un tsunami económico y social de proporciones
bíblicas. ¿De donde vamos a sacar el “parné” para pagar esta
factura colosal? ¿Será capaz el sistema productivo español, que
durante lustros ha basado su crecimiento en la mano de obra barata del
ladrillo y de los servicios al turismo, en darse la vuelta cual si
fuera un calcetín, y comenzar a producir industrialmente o a invertir en I+D+I? ¿Será
capaz el gobierno, y sobre todo Sánchez e Iglesias, de mirar
fijamente a los ojos de los españoles y explicarnos que van a tener
que subir impuestos, y no sólo los directos a los ricos, sino
también los indirectos, esos que no distinguen el nivel de renta
para aplicarse? Y, sobre todo, ¿Que van a tener que aplicar recortes
a sectores tan sensibles como la sanidad, la educación, las
pensiones, Santa Sanctorum de su ideario (y del mío) y que salvo milagro, van a
sentir fuertemente el impacto de la “Viruscrisis”? Porque el
impacto de esta crisis en la deuda pública, nos la va dejar a
niveles de 1900, cuando se perdieron las últimas colonias de
Ultramar y en las arcas del Erario Público, no quedaban ni las
telarañas. Si veo que interesa, lo mismo escribo como se mal salió
de esa. Es un cuento de terror al nivel de los de Poe.
A todo esto llega por Mayo era, por Mayo, cuando hace la calor, y vamos por fin a poder
tomarnos una cerveza en una terracita de bar con los colegas, pero sabiendo
que muchos compatriotas van a tener duro, muy duro, poder pagarla. La
avecilla del romance, ahora tornada en desconfinamiento, puede verse
aniquilada por el ballestero, ahora convertido en crisis, paro y
deuda.
Muy buen articulo. Cada vez mejores. Únicamente lo del año de la reforma laboral fue en 2012.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario y por la aclaración. Efectivamente la reforma de 2011, fué la que firmó Valeriano Gómez, en el Gobierno de Zapatero. La reforma que quieren anular es la del gobierno de Rajoy que fue en 2012. Y al paso que vamos iremos a reforma por gobierno, y así no se puede avanzar.
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