Bulos, mentiras y medios de comunicación.

Una de las cosas (pocas, lo reconozco) que se quedó grabada en mi cabeza con marca indeleble, de mi ya lejano paso por la facultad de Ciencias de la Información, fue que podías creerte o no una información o una noticia, pero que antes de difundirla y dar pábulo al personal, esta se tenía que contrastar y que verificar por cuantos medios estuviesen a tu alcance y que, en caso de duda o de imposibilidad de contrastarla, lo mejor era guardarla en la recámara y no soltarla hasta tenerlo todo claro y comprobado, porque te podías pillar las manos y tu credibilidad y honestidad ser pasto de los gorrinos. Y eso en una época donde aun tenías que rebuscar en los bolsillos en busca de calderilla y otear el horizonte en busca de una cabina telefónica que funcionase, o el típico bar donde asaltar el teléfono público y de paso tomarte un cafelito o una caña. Y con todo y con esas, más de una vez te la colaban hasta el fondo.

Ahora, con los teléfonos móviles y las redes sociales al alcance de todos los españoles y del resto del planeta, las “noticias” llegan a cualquiera inmediatamente, incluso casi antes de que sucedan.



Cuento todo este rollo, a rebufo de la noticia de que el Gobierno iba a sacar una especie de comité para evitar que se propague “desinformación” (curiosa alegoría) y acabar con “la difusión deliberada, a gran escala y sistemática de desinformación, que persiguen influir en la sociedad con fines interesados y espurios" (sic), a través de los medios (juro que a mi me ha llegado así cortado, como si esos medios fuesen algo claramente delimitable), amparándose en una encuesta que recientemente hizo el CIS, en la que se preguntaba al ciudadano encuestado si era de recibo “censurar a los medios”, controlando o restringiendo la información para evitar bulos, fundamentalmente por la cantidad de mentiras puras y duras (fuera caretas) que circulan, no solo por las redes sociales, sino también por determinados medios de comunicación, aparentemente serios y sensatos.

El que circulen este tipo de noticias por cauces espurios y lleguen de forma viral a la población, es prácticamente ineludible y lo máximo que puedes hacer dese el ejecutivo es dedicar un ejercito de “desmentidores” para que, tan pronto este circulando el whatsapp, el twitter, el facebook, o la herramienta que cargue el diablo, salga otra “oficial” aclarando el asunto, aunque siempre el bulo seguirá ahí. Ya saben, el “calumnia, que algo queda”. 



Esto ya lo hacen algunos medios de comunicación por su cuenta, como RNE con su página maldita.es, Europa Press, como agencia de noticias, o empresas privadas que se dedican a perseguir esas prácticas. Lo que más me preocupa es el bulo, la mentira o la calumnia que difunden los profesionales del ramo.

No quiero entrar a analizar la maldad, el dolo o la simple estulticia de algunos periodistas a la hora de difundir según que tipo de noticias, prefiero achacar algunas de estas informaciones a la inmediatez que nos exigen los tiempos y las tecnologías actuales, que en muchos casos impiden al plumilla de turno hacer correctamente su trabajo y verificar y comprobar un rumor o una “bola”, que directamente sacan a la luz, por la necesidad de ser los primeros en publicar una supuesta primicia que acaba siendo un “fake” en toda regla. Lo que mas me molesta del tema es la poca relevancia que le dan a las rectificaciones y la poca visibilidad que le dan a sus métodos, frente a titular a toda plana, con profusión de “datos”, una simple nota a pie de página con la rectificación, frente a minuto de noticias televisadas o radiadas, breves segundos de desmentido y “mea culpa”.

Se que esto que estoy escribiendo va a encabronar a más de uno, pero entiendo que, la profesión periodística, debería ser mucho menos permisiva con estas prácticas y, llegado el caso, arremeter contra los compañeros que se sepa que están difundiendo mentiras, bulos, o medias verdades (muy peligrosas), primero con la mesura de quien sabe que cualquiera puede equivocarse, y luego con la contundencia de quien aprecia que le están intentando tomar el pelo.

Solamente ruego a todos que lean con atención toda noticia que caiga en sus manos, sobre todo ahora que con esto del CoVid nos están literalmente bombardeando.




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