LA INAUGURACIÓN

 Con todo el fasto y boato que la ocasión lo merecía, se inauguró en Madrid el Hospital Enfermera Isabel Zendal, para paliar el aumento de ingresos y la saturación hospitalaria que el CoVid esta causando en Madrid, a mayor gloria de los causantes de tan florido estropicio. Y digo esto, no ya porque la inauguración se hizo sin que el hospital estuviese del todo terminado (solo funciona una de sus cuatro zonas previstas y con varias de las mismas aún en obras), que nos haya costado el doble de lo presupuestado inicialmente (para ayudar a FCC, Sacyr o San José, que no se quién ha sido el adjudicatario), y que el mismo tenga la apariencia de un “tente mientras cobro”, puesto que no hay habitaciones como tales, para el correcto reposo e intimidad de los enfermos, sino cubículos donde se acumulan camas, al modo de hospitales del siglo XIX. 



Eso si, las camas son de ultimísima generación, que han costado una pasta que hemos pagado entre todos. Tampoco hay un quirófano para una intervención urgente e inaplazable (preguntó Casado por verlo y la respuesta que le dieron fue marxista. De Groucho, no de Carlos, se entiende), sino porque creo que no se trata de un hospital, sino de una construcción para inaugurar y darnos bombo.



Y es que, si algo saben los profesionales del ramo, un hospital no son las cuatro paredes que albergan camas, que para eso están los hoteles, sino el instrumental, la dotación técnica y sobre todo, el equipo humano que dota a esas cuatro paredes del conocimiento, el esfuerzo y la sabiduría que producen la sanación. Como en los hospitales de campaña que son cuatro tiendas de tela, pero que hacen su función. Y de eso, no se ha hablado nada, más allá de la brillante idea recurrir a dotarlo de voluntarios (sic) de otros centros. Vamos, desnudar un santo para vestir a otro.


Con este hospital, hecho (bueno, pensado) a toda pastilla, para corregir la deficiencia de camas públicas que han causado años de recortes y privatizaciones, se ha cometido el mismo error que se cometió en su día con la creación de los varios hospitales que a lo largo de la geografía madrileña, inauguró la principal valedora de la actual presidenta de la Comunidad, llevándose el instrumental de un hospital a otro para las respectivas inauguraciones. Y digo esto, porque según datos oficiales, hay en Madrid cerca de 2.000 camas vacías de hospital a lo largo y ancho de nuestra comunidad, por la increíble memez de que no hay personal sanitario que las atienda. Pero claro, contratar y pagar decentemente a médicos, enfermeras y personal sanitario, no genera plusvalías en el IBEX35. 

Dicho esto, tengo que reconocer que, construir un hospital público está bien, siempre es positivo tener más instalaciones sanitarias públicas, más allá de que nos haya costado casi el doble de lo presupuestado, que aún no se haya terminado y que, en el momento en que escribo estas líneas, solo disponga de una centena de profesionales, de los casi setecientos, que son necesarios para atenderlo, pero lo que se estaba reclamando a la Administración desde los foros profesionales de la Salud Pública (con mayúsculas), es el reforzamiento de la atención primaria; los Centros de Salud de barrio, esos que están dejados de la mano de Dios desde hace décadas (si no me creen vean por ejemplo el Centro de Salud de Fuencarral, en la calle Isla de Java n.º 53 de Madrid capital, "alojado" en unos contenedores prefabricados, que eran provisionales hace más de 30 años y aún siguen ahí, dando servicio a uno de los barrios más poblados de la capital); aumentar las dotaciones presupuestarias para pagar decentemente a sanitarios y que estos no prefieran marcharse (léase huir) a otra comunidad o al extranjero, porque con lo que se les paga aquí no les da ni para pagar el alquiler y contratar (si, contratar, no pedir voluntarios por la patilla) a más rastreadores que, con su esfuerzo y trabajo, puedan controlan la propagación de la plaga.


Pero es mucho mejor inaugurar un hospital nuevecito, todo tan limpio y cuco, aunque esté vacío.


PS. Cuando cierro estas líneas me entero de una iniciativa de cambiar el nombre al hospital, y ponerle el nombre de la actual presidenta de la Comunidad. Sin comentarios. 

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